domingo, 20 de julio de 2014

Cuando la mujer danza a los dioses



Desde el mundo occidental, a veces ajeno a la cultura y la historia más allá de las propias, tendemos a generar una visión parcial de lo que no conocemos pero que, sin embargo, nos atrae lo suficiente para detener la mirada. Se crea así un conocimiento popular que puede no hacer justicia a la realidad.

La historia del arte, la música, la danza, el cine o la literatura han plasmado en sus obras ambientes y personajes que parecen pertenecer al mundo de la ensoñación: El Oriente... donde los sentidos son los protagonistas, una forma de vida y hasta de veneración a los dioses y cuyo código "reinventamos" según nuestros modelos y cosmovisión.

La Gran Odalisca. J.A. Ingres (1814)
Desde finales del XVIII y durante el XIX dentro del Romanticismo se generó toda una corriente denominada Orientalismo centrada en esos mundos exóticos que idealiza o trivializa a su antojo, capturando lo anecdótico. Referentes de este orientalismo en la pintura fueron Ingres, Fortuny, Delacroix o Gerome, por citar los más populares. Mientras, en literatura se traducían las "Mil y una noches", W. Irwing escribía sus "Cuentos de la Alhambra" o Kipling el famosísimo "El Libro de la Selva".

Odalisca. M. Fortuny (1861)



Pero el orientalismo nos dejó imágenes superfluas como la de una mujer que era objeto lánguido de deseo en el lujo palatino, dedicadas a la autocontemplación o a ser contempladas. Un Oriente que nos sitúa casi indistintamente en Asia o en África.

Hay que tener en cuenta el ambiente político, social y cultural de la Europa decimonónica. Las grandes potencias estaban en su punto álgido del colonialismo, la industrialización empezaba a deshumanizar la sociedad y la "etiqueta" rancia de la burguesía constreñía literalmente en corsés a la mujer. Esto contrastó con la aparente laxitud de normas sociales entre el hombre y la mujer "orientales". La imagen que se proyecta en Europa de Oriente, es la imagen antagónica de la propia sociedad europea, creada artificialmente a partir de imágenes para suplir sus propios deseos.  

Revisando la idea "orientalista" y a partir de mi debilidad por el ballet "La Bayadera", creado dentro de esta corriente en 1877, decidí escribir esta entrada: El retrato de una parte de Oriente y una más pequeña parte de su universo femenino: las Bayaderas.
Bayaderas o Devadasis. Ilustración de siglo XVIII


EL ORIENTE DE LAS BAYADERAS

El termino general Oriente es el que usamos para definir un amplio espacio geográfico al Este de Europa, tomada como referente.
El Oriens latino de tiempos del Imperio Romano abarca hoy numerosas culturas, religiones y países; desde el norte de África y Egipto a Turquía, de la Península de Indostán a China o Japón.
Hoy nos centramos en India, Pakistán y Bangladesh, aunque también había Bayaderas en sus islas.

La historia de la India es milenaria y rica. A grandes rasgos decir que se practican varias religiones: el Hinduismo es la más antigua e importante aunque desde el siglo VI a.C el Budismo se estableció como otra de las religiones mayoritarias opuesta, por ejemplo, al sistema social de "Castas" hindú. Por otro lado, al norte está presente el Islam desde que en el siglo XI distintas dinastías musulmanas conquistaran la zona.
Pero la India también fue colonizada y explotada comercialmente por Europa desde el siglo XV y aunque fueron varias potencias las que se servían de "Las Indias", fue el Imperio Británico desde el 1600, el que dejó una profunda huella.

Desde las primeras invasiones en la Edad Media hasta 1948, cuando la India logró su independencia tras décadas de tensiones políticas, levantamientos y guerras civiles entre la Corona Británica, musulmanes e hinduistas, la suerte de parte de la sociedad fue cambiando, entre ellas la de las Bayaderas.
Tal vez este sea un esquemático resumen de la historia milenaria de la India, pero creo que suficiente para contextualizar la figura de las Bayaderas y tratar de explicar la deriva que tomó el curso de su condición.

LAS BAYADERAS

Bayadera es la occidentalización del término Devadasis, literalmente "siervas de dios". Eran mujeres hinduistas que desde hacía más de 3.500 años se consagraban a los dioses de por vida en castidad y participaban de los ritos y celebraciones en los templos. Desde la adolescencia eran instruidas en las artes pero también en la cultura, la filosofía e incluso en oratoria. Ser una Devadasi era un privilegio y no podía ejercerse sin instrucción previa.
Los portugueses se referían a ellas como "Bailadeiras", bailarinas, dando lugar al término Bayadera, ya que parte de sus servicios religiosos eran las danzas que se realizaban diariamente. Por eso, la idea que nos llega de ellas es parcial y anecdótica.

Escena del Ballet de La Bayadera.
Sin embargo la música y la danza trasciende para ellos de lo visual y estético, formando parte de la meditación y espiritualidad india. En sus danzas se representaban por ejemplo los Elementos (fuego, agua, tierra y aire). Hoy día, algunas de las asanas (posturas) de Yoga como "El Señor de la Danza", se basan en los movimientos de las bayaderas, por ejemplo de la Danza del Fuego, una de las más espectaculares y representada con licencias en el ballet La Bayadera.

A pesar del rígido Sistema de Castas, o división social por clases, y que la suerte de la mujer se ligaba a la del esposo o protector, las Devadasis contaban con el respeto social. Al "casarse" simbólicamente sólo con un dios o diosa, nunca caían en la desgracia de enviudar, manteniendo un alto estatus incluso en una sociedad que consideraba a los artistas dentro de las castas inferiores.

Pero la situación económica de las Devadasis comenzó a cambiar en la Edad Media y empeoró notablemente durante la colonización europea. Los templos recibían menos dinero e incluso algunos llegan a desaparecer. Las Devadasis empezaban a lidiar con la pobreza y la mendicidad, obligándolas a depender de un hombre que las mantuviera o a la prostitución para sobrevivir.

Grabado de una Rajadasi. E.Lord Weeks (1880)
Al inicio de su decadencia las Devadasis eran requeridas para amenizar con danzas y cantos las celebraciones palatinas o de algún promotor, generando un nuevo tipo de bailarina, las Rajadasis. La palabra viene de Rajá o rey y eran estas Rajadasis las que se especializaron en danzar y cantar en la corte, mientras las Devadasis seguían haciéndolo en los templos.

Pero finalmente, ambas, se popularizaron como "prostitutas sagradas" y fueron relegadas a la "Casta de los Intocables".  La alta sociedad se servía de ellas como entretenimiento y las familias más pobres entregaban a sus niñas para ser las nuevas bayaderas, en un concepto tan lejano al primitivo.
Ante esta situación, durante el Imperio Británico, surgen dos corrientes: una apostó por la recuperación de la tradición y la protección de estas mujeres frente a la prostitución y otra que decidió prohibirla hasta hoy.

De las Bayaderas se dice que se casaban con sus protectores y que del estatus de concubinas pasaban a ser esposas al tener hijos con ellos, pero hay que recordar sin embargo, que las Bayaderas mantenían su castidad de por vida y eran mujeres a las que estaba prohibido tocar.

Hoy por hoy, se sigue relacionando a estas "sacerdotisas" con la prostitución, sin contar ni su origen, ni cómo se produjo la deriva de su historia, llegándolas a confundir con las Odaliscas árabes. Recuperar la tradición y la originalidad de las Bayaderas o Devadasis, su dignidad y su historia está empezando a ser una realidad en la India.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

Dos Bayaderas (ca.1880)
Bayadera ejecutando una danza tradicional


Ilustración con Bayaderas. (ca. 1820)
Bayadera bailando para el Príncipe de Gales. (1876)
Odalisca con pantalones rojos. Matisse (1925)

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