jueves, 16 de octubre de 2014

"Me llamo Ángel... para servirla a usted"


A veces mi trabajo, acompañando de aquí para allá e informando cada día a turistas ávidos de información, me reserva sorpresas y momentos mágicos, que sirven para "parar" del trajín diario, del estrés absurdo y delirante en el que vivimos que no nos deja mirar a nuestro alrededor. 
Hoy he tenido la oportunidad de vivir uno de esos momentos que nos devuelven a la vida real, la que cuenta... la de los días con sus horas, con sus historias y sus experiencias.
Para esta entrada no he necesitado de muchos recursos, ni de tiempo de investigación o lectura, porque la historia ha venido a mí como un torrente de agua fresca, porque de fuentes va la cosa.
Llevo mucho tiempo sin poder pararme a terminar la entrada pendiente sobre Pompeya, pero hoy he decidido dedicar mis pocas horas de descanso a Ángel, historia viva de la Plaza del Potro.

A LA VUELTA DE LA ESQUINA

Cada día camino con los turistas desde la barroca Plaza de la Corredera, en Córdoba, hasta la Plaza del Potro por la calle Armas. Cuento la historia de ambas plazas, de su vida antaño comercial, de la población que hoy habita el barrio, de cómo los oficios se agrupaban por calles y de cómo algunas de estas artesanías se han ido perdiendo con el tiempo, pero sobre todo por la prisa.

Y hoy, ya en el último tramo de la Calle Armas, al girar la esquina a la izquierda para entrar en la Plaza del Potro, mientras contaba que la plaza tiene en su extremo una fuente de 1577, que después coronaron con un potrillo rampante y que hasta hace unas décadas servía para abastecer de agua a los vecinos que con cañas largas rellenaban sus cántaras desde sus ocho surtidores... vi que la fuente no estaba sola.
Un abuelito con su caña, rellenaba no una cántara sino una botellita reutilizada de medio litro de plástico azul... Y en ese momento me callé...
Mi grupo y yo hemos vivido un segundo mágico y todos lo hemos sentido. El pasado y el presente delante nuestra.

Nos acercamos al señor con todo el respeto y le hago saber lo especial que nos ha parecido verle rellenar su botellita como antaño se hacía... siendo la mejor ilustración a mi explicación... Le he pedido por favor y con cierto pudor que repitiera la escena con su caña para tomarle una foto con mi móvil... y ni un segundo dudó en hacerlo.

ME LLAMO ÁNGEL... PARA SERVIRLA A USTED
Ángel Rodríguez Lubián. Tornero de la Plaza del Potro (2014)

La explicación de la fuente hoy la continuó Ángel, que nos ha contado hasta cómo se vacía la caña con un hierro para dejarla hueca. Su caña, que tiene más de 80 años y que no ha dejado de estar en uso ni un sólo día desde que la terminó. 
Él mismo le talló un embudito de un trozo de madera que encaja como un guante en el surtidor de la fuente y en la boca de la caña para no desperdiciar ni una gota del agua del venero del Cabildo..."Que éstas eran las aguas del Cabildo, ¿sabe usted?... porque antaño... muchos no teníamos grifos en casa y había que venir a por el agua a la fuente... Y así sigo yo... todos los días relleno mi botella de este agua que es muy buena"
Al preguntarle su nombre, me contesta: "Me llamo Ángel, para servirla a Usted y soy el tornero"... dice señalando su taller, a la entrada de la plaza, donde talla artesanalmente la madera, desde que su padre lo abrió en 1928.
Y es que Ángel Rodriguez Lubián, nacido en Córdoba en 1924, que en enero cumplirá 91, es la memoria viva de la Plaza del Potro y de los museos de Bellas Artes y de Julio Romero ubicados en el interior del antiguo Hospital de la Caridad, fundado por la cofradía del mismo nombre y patrocinado por los Reyes Católicos en el siglo XV.
Continuamos la charla, escuchando como Ángel, conoció a "La Fuensanta", título que Julio Romero de Torres le puso a uno de sus cuadros fechado en 1929, en el que retrata a la modelo real... María Teresa López, de la que Ángel dice que era muy bonita, con una expresión de entre alegre nostalgia y pena... porque Teresa murió en 2003.

Pero, también nos contó su amistad con Mercedes Valverde, directora de los museos municipales, entre ellos del Julio Romero de Torres, y de la que cuenta que alguna vez le ha pedido que reproduzca alguna pieza de madera estropeada de la casa, hoy museo, de Julio Romero de Torres. Y como de "chico" trabajó en el museo algunas veces, cuidando que nadie hiciera "estropicios".

LA PLAZA DEL POTRO, RINCÓN DE HISTORIAS Y PERSONAJES

"La Fuensanta". Julio Romero de Torres (1929)
Sin duda no hace falta que con lo poco que aquí he escrito hoy, os cuente el encanto y la belleza que encierra esta plaza recoleta y cuadrada de Córdoba, que un día estuvo cerrada en sus cuatro lados, pero que desde finales del siglo XIX se abre al río, tras derribarse una de las posadas que allí había, la de la Madera. Hoy en ese lado de la plaza, se levanta uno de los numerosos "triunfos" del custodio de la ciudad, San Rafael Arcángel, éste fechado en el siglo XVIII y traído hasta aquí en 1924, justo el año en que nació "nuestro tornero", desde su ubicación original en otra plaza (Plaza del Ángel, San Hipólito).

Hoy día, merece la pena visitar los museos de Bellas Artes y de Julio Romero que están en el interior de ese antiguo hospital del siglo XV, pero también otro "retazo" de historia que conservamos en la misma plaza, la Posada del Potro, del siglo XV, que el mismo Cervantes nombró en su "Don Quijote de la Mancha" y en "Rinconete y Cortadillo" y a la que si hoy nos asomamos nos transporta con facilidad a la Edad Media.
No sólo esta antigua posada, hoy sede del Centro Flamenco Fosforito, nos transporta a otros tiempos, sino que algunas de las casas que están restauradas o están en proceso, mantienen al exterior ese mismo aspecto. Sin duda, la Plaza del Potro es un lugar mágico de Córdoba, en el que además tenemos la oportunidad de ver trabajar con sus ancianas y sabias manos al tornero de la plaza... Don Ángel Rodríguez Lubián, al que dedico con mucho respeto esta entrada, sin saber si algún día la leerá.
Gracias Ángel por su tiempo.

GALERÍA DE IMÁGENES
Fuente del Potro. Imagen del Archivo Municipal

Plaza del Potro y mujeres con cañas. Imagen del Archivo Municipal

Billete de 100 pesetas con la imagen de Julio Romero y la pintura "La Fuensanta"

Fuente del Potro y niños refrescándose. Imagen del Archivo Municipal

Vista de la Fuente del Potro desde portalón. Imagen del Archivo Municipal



4 comentarios:

  1. Preciosa entrada, Bea. Y emocionante.

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  2. Bea, me ha encantado!! Un encuentro especial que sin duda no vas a olvidar en tu vida, te doy las gracias por compartirlo con todos, lo has narrado tan bien que pareciera que hubieramos estado ahí, con Ángel el tornero ;)

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